Yo veto, tú pagas

En Salta, Macri defendió el veto a la Ley de Emergencia Tarifaria que había aprobado el Senado horas antes. Ante preguntas muy complacientes, ofreció una mirada del país plagada de frases hechas, trató de “irresponsable” a toda la oposición, ratificó el rumbo económico, la vuelta al FMI y hasta celebró la necesidad de “construir más cárceles” para encerrar a “la gran cantidad de detenidos” por causas de narcotráfico.

 jueves, 31-mayo-2018

Macri planteó un escenario económico y social alejado de la realidad para justificar su veto.


La elección para la conferencia de prensa no fue casual: alejado de preguntas incómodas, Macri eligió Salta, una provincia gobernada por un aliado como Juan Manuel Urtubey, para defender el veto a la Ley de Emergencia Tarifaria que el Senado había votado hacía unas horas como un intento de amortiguar los efectos devastadores que tiene los tarifazos en una inmensa mayoría de argentinos.

Como si estuviera de campaña, el Presidente defendió a capa y espada el rumbo económico sostenido en un sideral endeudamiento y especulación financiera, y machacó con el “decir la verdad” y el “sinceramiento” para justificar medidas profundamente antipopulares, que han despertado del letargo a dirigentes políticos y sindicales.

Volvió a plantear los tarifazos como “la única salida”, trató de “irresponsables” a los senadores y gobernadores opositores, a quienes acusó de hipócritas: “En privado me preguntaban si iba a vetar la ley, porque era un mamarracho”.

Insistió en que esa ley hubiera provocado un “agujero fiscal” porque “el Estado sigue gastando más de lo que recauda” y que la energía “no es gratis, cuesta y hay que pagar lo que cada uno consume”, desconociendo datos concretos que varios senadores –Pino Solanas entre ellos- pusieron sobre la mesa para confirmar que la decisión de eliminar subsidios es puro beneficio para empresas amigas a costa del bolsillo de trabajadores y jubilados.

CGT y FMI

Ante la posibilidad de que la CGT convoque a un paro luego del veto a los tarifazos y los ajustes anunciados, el Presidente cargó contra el movimiento obrero organizado: “Qué va cambiar si la CGT convoca a un paro, nada, eso no soluciona nada”.

“Me encantaría hacer así con una varita mágica y que la plata apareciese pero no es así. Los argentinos tenemos que asumir el verdadero valor de la energía y consumir menos”, continuó Macri, quien la semana pasada decidió no tocar la rentabilidad del sector agroexportador, fuente de divisas genuinas que podrían aliviar el supuesto “agujero” de 100 mil millones de pesos que provocaría retrotraer a noviembre el valor de las tarifas.

Frente a todas las encuestas que señalan que el 75% de los argentinos no ve bien el regreso al Fondo Monetario, Macri celebró el acuerdo “que en pocos días firmaremos con el FMI para tener acompañamiento en materia financiera”.

Volvió a convocar a un diálogo que el propio oficialismo dinamita ante cada decisión que no es aceptada por la oposición, y ratificó el rumbo económico vigente: “Nosotros vamos a seguir, estamos convencidos de este cambio, el mundo entero nos felicita por lo que estamos haciendo, y vamos a seguir dándole batalla a todas las mafias que hay en el país, empezando por el narcotráfico”. Precisamente, y con la ministra Bullrich como parte de la comitiva, resaltó que “estamos haciendo las cosas tan bien que necesitamos más cárceles”.

Definiciones del jefe de un gobierno ensimismado en una realidad que no es la de la inmensa mayoría -incluídos muchos de quienes lo votaron en 2015-, cuyas condiciones materiales y anímicas se deteriora al ritmo de la inflación y el endeudamiento externo.